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Vecinos del Barrio Parque Avellaneda
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JUAN CARLOS ARIAS DIVITO
Destacado y comprometido vecino del Parque Avellaneda. Formando
parte de las juntas vecinales hizo importantes aportes a la mejora
del Parque Avellaneda. Es otro de mis maravillosos alumnos.
Nació en Bolívar, provincia de Buenos Aires, el 18 de octubre de 1926. Es Profesor de
Historia egresado del Instituto Nacional Superior del Profesorado
‘Joaquín Y. González”, y Doctor en Historia por la Universidad
Complutense de Madrid (España) En distintas épocas actuó como
investigador de la Cátedra de Historia de la Medicina (UBA), del
Instituto de Arte Americano de la Facultad de Arquitectura y
Urbanismo (UBA), del Departamento de Historia de la Facultad de
Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste, del Instituto
de Historia del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras (URA).
Distinguido como Historiador Porteño por la Legislatura de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. Es miembro correspondiente en la Argentina
de la Real Academia de la Historia de Madrid. Además pertenece,
entre otras instituciones, a la Fundación Nuestra Historia, al
Instituto Bibliográfico “Antonio Zinny”, a la Junta de Historia
Eclesiástica Argentina, al Instituto de Investigaciones de Historia
del Derecho, a la Sociedad Argentina de Americanistas, al Instituto
de Investigaciones Históricas ‘Escribano Jorge Garrido» de la
Manzana de las Luces de Buenos Aires, y a la Sociedad Mexicana de
Historia y Filosofía de la Medicina. Actualmente es Investigador
Independiente del CONICET (jubilado).
Es
el actual presidente de la Comisión de Estudios Históricos del
barrio.
SU OBRA
JUAN
CARLOS ARIAS DIVITO ha dedicado sus mayores esfuerzos al estudio de
la historia de España y América colonial. Es autor de varios libros,
entre ellos, Las expediciones científicas españolas durante el s
XVIII; Expedición botánica de Nueva España; Casas Virreina/es,
1782-1804; Exenciones y privilegios a los empleados en la Renta del
Tabaco. Su libro recientemente publicado La Administración
General y Factoría de Tabacos y Naipes de Santa Fe, 1779-1812
mereció el 2° Premio otorgado por la Academia Nacional de la
Historia de Argentina para trabajos inéditos. Publicó numerosos
artículos en revistas especializadas argentinas y extranjeras. Se
destacan La misión de Juan Martín de Pueyrredón a España; Mociño
y la fiebre amarilla; El Mediterráneo, el ‘Tercer Pacto de Familia y
La política italiana de Carlos I Preocupación Científica en
la España del siglo XVIII; Dificultades para establecer la
Renta del Tabaco en Paraguay; Establecimiento de la Renta de
Tabacos y Naipes en el Virreinato del Río de la Plata, 1778-1781;
La Real Ordenanza de Intendentes la Renta del Tabaco y Consumo de
tabaco Real Hacienda Papeles pinta dos en las casas del Virreinato;
Transporte de Tabacos y Naipes, 1778- 1812, Fabricación de cigarros
y cigarrillos durante el Virreinato; En torno a la Argentina de
Barco Centenera; La Escuela Nacional de Agronomía de Mendoza,
1874-1887.
Ver su
Blog
Lamentablemente Arias ha fallecido recientemente.
Ver detalles. Pero mientras no se le olvide; seguirá viviendo en
nosotros.

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Manuel Ricardo Pazos
Fue el
creador de la idea del auto-colectivo en 1928. Le propuso a un grupo
de choferes de taxis dedicar el auto al transporte colectivo de
pasajeros, formando la línea Nº 1 que hacía el recorrido de Lacarra
- Primera Junta por Rivadavia.

Primer Colectivo
Dodge 1929. Hacía el recorrido desde Caballito
hasta Flores
Ver Historia
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El Chuenga

CHUENGA; tal cual se lo conocía en
todos los estadios de fútbol, vendedor de la golosina que el mismo
producía y comercializaba, al grito de chuenga, chuengaaa, este
personaje estuvo desde la década del 30' hasta 1984 en que falleció,
presente en todos los partidos de importancia y en varios donde
jugaba nuestra divisa y por unas monedas les daba un puñado de
caramelos con la curiosidad que metía las manos en su bolsillo y
siempre sacaba la misma cantidad de golosinas por unos pocos
centavos.
Dicen que su nombre fue José Eduardo Pastor, pero todos los
conocíamos por el que le dió a sus caramelos: "Chuenga" .
Era fácil de localizar entre la gente por sus, para la época,
llamativos pullovers. Seguramente lo encontrábamos en un partido
importante, en el Luna Park o en cualquier acontecimiento que
reuniera mucha gente.
A veces, enfundado con varias camisetas con propaganda de conocidos
negocios , los visitaba en el orden en que se las ponía, hacía su
show, se retiraba, se las sacaba e iba al siguiente.
Llevaba en una bolsa sus caramelos, que eran blancos veteados,
irregulares, envueltos con mucho papel. La medida de venta siempre
fue la misma: un puñado.
"...Podemos decir que se llamó José Eduardo Pastor, que nació en
1915, que su pago chico rondó entre Mataderos y Floresta y que murió
hacia fines de 1984".
Como sea, lo agrego a esta página del barrio porque vivía en el.
Cerca de la Av. Lacarra.

Se metía en la tribuna de
Defensores arrastrando la bolsa como un Papá Noel desvencijado. Con
su resistente pelo naranja y sus pulloveres de bochinche, a Chuenga
le hacía falta ese grito característico para recibirse de personaje
en mayúsculas: "Chuenga a a..." estiraba la trompeta de su voz. "Chuenga
a a..." y uno se preparaba para la emoción de ser su elegido.
Chuenga vendía chuengas, pedazos mal cortados de un caramelo duro y
blanco, que estaban envueltos con la exageración de todo negocio. El
papel sobraba y las puntas retorcidas en moños le daban el caramelo
una envergadura que no tenía. La medida de la venta era su mano.
"Dame 50 centavos", "dame 20 centavos" y Chuenga metía la mano en la
bolsa y sacaba el mismo puñado. Pero yo sé que conmigo tenía
atenciones. A veces se me caían de las manos los caramelos que me
daba. Es que una vez le avisaron que la policía estaba por llevarse
su auto. Justo estaba cerca mío en la tribuna, y me dijo "che, pibe,
cuidame la bolsa". Yo no lo podía creer. Me puse la bolsa entre las
piernas para que nadie la viera, a ver si venían a pedirme chuengas
de fiado. No podía maltratar su confianza. Un personaje de la
tribuna como Chuenga que te diera la bolsa era lo mismo que en la
cancha la Chancha Busti o Quenón Houseman te pidieran que por favor
les cuidaras la pelota que ya venían. Como Chuenga demoraba, y mis
amigos ya me presionaban para que repartiera un pedazo del botín, yo
salí a vender. "Chuenga, chuenga", maldecía yo sin pronunciar la
herejía de la "a" extendida, y todos miraban con disgusto al
personaje apócrifo. No pude vender nada. No puede metar la mano sin
mirar en la bolsa como hacía Chuenga, y así ese misterio de hondura
y envolturas siguió sobreviviendo cada sábado.
Decían que Chuenga había hecho fortuna, porque de Chuenga se tejían
infinitas historias. Que vivía en un palacio, que andaba en los
mejores autos, que había vendido por millones a Estados Unidos su
fórmula empalagosa. Pero Chuenga era un humilde trovador de la
sorpresa que vivía en Floresta y que todos decían haber visto.
Chuenga era hincha de Defe, aunque nunca hablara más que su grito.
¿Qué hacía entonces en Defensores cada sábado si durante la semana
se les aparecía a los pibes de las escuelas de Floresta y Mataderos?
¿Por qué no iba a All Boys, a Nueva Chicago? A Vélez sí iba, y hasta
estuvo en la inauguración de su estadio en 1943. Chuenga había
nacido como José Eduardo Pastor en 1915. Como el pastor de chicos
alegres con mejillas hinchadas de rubor y de caramelos duros. Ya de
pibe Chuenga se largó con su invento. Aquella época en que el fútbol
era el foot ball creado por los ingleses, y se decía back, half,
insider, Chuenga en realidad le puso "chewing gum" a sus caramelos,
lo que en inglés significa goma de mascar. El fútbol se fue
acriollando y junto con muchos de su términos, chewing gum se
deformó en chuenga. Es que Chuenga fue uno de los tantos sinónimos
navegando con el fútbol. Porque iba a la cancha de Defensores pero
también iba los domingos a Primera. Chuenga ya tenía sus años cuando
lo descubrí y descubrí a Defe. Era chueco y ya se le encorvaba la
espalda de tanta bolsa. Nunca me habló más que su grito, pero me dio
su bolsa una vez y un puñado grande de chuengas asfixiadas. Un
sábado de 2 a 0 en el primer tiempo, rozó mi felicidad con una
sonrisa. Y una tarde fría del '72 lo ví frenar sus renos masticables
ante una apilada de René. Murió en 1984, el año de Ronci, Banana
Galbán y el Negro Arbelo. Dicen que se detuvo para verlos.
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Clara Mariño
Premio Konex de Platino 1997:
Producción Periodística Audiovisual
Jurado Premios Konex 2007: Comunicación - Periodismo

Periodista. Es egresada de la
Escuela Superior de Periodismo. Ha cursado el traductorado de inglés
y es egresada de la Alianza Francesa. Obtuvo la Beca USIS de la
Embajada de Estados Unidos, con especialización en relaciones
internacionales. Ha sido becaria de la Fundación Río de la Plata.
Realizó seminarios en la Escuela de Estudios Superiores (París),
Escuela Económica de Londres (Inglaterra) y en las Universidades de
Granada y Complutense (España). Ha sido Redactora y Secretaria de
Redacción de las revistas “Extra” y “Creer”. Ha conducido sus
propios programas en radio y televisión y se ha destacado la
producción periodística audiovisual. Ha obtenido la beca Fundación
Río de la Plata. Beca USIS / Embajada de los Estados Unidos y los
premios Broadcasting, Asociación de Entidades Privadas / Educativas
y Prensario. Se desempeña como docente en el Instituto de
Comunicación Social de la Universidad Católica Argentina.
Vive en el barrio desde hace años en Mariano Acosta entre Directorio
y Tandil.
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Orestes Assali
Escultor. Nació en Buenos Aires
el 14/05/1903.
Realizó sus estudios artísticos
en la Academia Nacional de Bellas Artes donde obtuvo su título de
Profesor Nacional de Dibujo en 1925.
Continuó en dicho instituto
estudios superiores de Modelado hasta 1928.
Ejerció la docencia artística
en la Escuela Nacional de Bellas Artes “M. Belgrano”, cátedra de
Modelado.
Concurrió en numerosas
oportunidades al Salón Nacional desde 1928 y salones provinciales Y
municipales de nuestro país y del exterior. (París, New York, San
Francisco, Virginia, Río de Janeiro, Chile, Uruguay, etc.).
Premios : Salón Nacional 1928 :
Premio Estímulo; 1930 : 3º Premio; 1931 : Premio “Jockey Club”; 1933
: 1º Premio Municipal y Medalla de Oro; 1939 : 2º Premio “Comisión
Nacional de Cultura”; 1952 : Gran Premio de Honor “presidente de la
Nación Argentina”; Salón Santa Fe 1932 : Premio Adquisición “Martín
Rodríguez Galisteo”; 1948 : Premio “Martín Rodríguez Galisteo” y
Medalla de Oro.
OBRAS
Fue Premio “Martín Rodríguez
Galisteo” en el IXº Salón Anual Santa Fe.
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José Alberto Desseno
Él
los conoce, los llama por su nombre y sabe como es cada uno…es
evidente que los ama, que establece con ellos un vínculo afectuoso y
en virtud de esta relación, ellos se dejan hacer. José los revive,
los transforma y los pone en pie. Ellos hacen gala de una nueva
belleza que se dejan arrancar desde muy adentro y sólo porque saben
que él los ama…
Él
es José Alberto Desseno, escultor y habitante del barrio. De todos
los árboles con los que trabaja siempre prefiere a los del parque
aunque no desdeña ninguno.
Su
refugio, su taller, es un lugar peculiar. Un gran jardín y un caos
de plantas y árboles y herramientas y esculturas y la radio sonando…
Cada
árbol y cada obra tienen su historia, historias en las que se
enredan nombres, lugares y premios. Una de las tantas que amontona
amorosamente en su taller y por la que siente especial afecto se
llama “Homenaje al Pacará de Segurola”. El Pacará era un habitante
del Parque Chacabuco al que había tenido que echar abajo por viejo.
El árbol fue a parar al basural del Parque Avellaneda (hoy canchas
Peuser), José lo recogió porque bajo ese árbol el Doctor Segurola
había atendido a los afectados de fiebre amarilla durante la gran
epidemia. Curiosamente…en un rincón de su jardín creció un Pacará.
José los transplantó al Parque Avellaneda (usted, Señor Lector, ¿es
curioso y quiere saber cuál es? Bien…por el camino del vivero que va
hacia el centro de salud, casi llegando al final hay una columna y
al lado un árbol, parecido al Jacarandá, su semilla es una uña negra
grande, ese es el Pacará). La escultura recibió un premio en el
Salón Nacional (José recibió cuatro premios en el Salón Nacional a
lo largo de su carrera). Con un mismo orgullo muestra sus obras y su
exótico jardín en el que árboles y plantas se instalan según un
caprichoso orden establecido por ellos mismo, entre ellos, un gingko
bilova de casi veinte años.
“Trabajo sobre lo que sea…” porque para José lo importante es la
esencia de las cosas. En una pieza de auto él “ve” una herramienta
para trabajar sus piezas de madera y con sus manos y con la ayuda de
sus propias fraguas (el hogar del propio taller) plasma aquello que
el vio en esa pieza.
“Fuga y misterio” y “Triunfal” son dos obras realizadas en piedra en
la ciudad de Mar del Plata en homenaje a Ástor Piazolla, una de ella
está emplazada allí, la otra en su jardín. “Hétenos aquí”, obra que
tiene también su propia historia. Está tallada en un tronco entero
de eucalipto caído en el parque tras un temporal. José cuenta que
hubo una serie de casualidades que se fueron encadenando y él pudo
aprovechar…“Lo trabajé completamente en el Parque, con herramientas
muy elementales, siempre en el suelo. Un día me encontré con un
colega que estaba preparando su muestra de arte digital y lo ayudé.
Tenía una motosierra y me ayudó con los cortes, además por ese
entonces, empiezan a trabajar en los desegües del parque y vinieron
las topadoras. Las máquinas todos los días rotaban el tronco que
pesaba como cinco toneladas y hubiera sido imposible moverlo solo.
La obra quedó terminada en dos meses. Para pararla pasó desde el año
2000 hasta el 2002. El nombre es porque esto es lo que tenemos (la
humanidad, la familia) y es lo que tenemos que cuidar.”
Trabajó mucho en el Parque organizando concursos. El primer de ellos
tuvo una gran difusión en medios. “La diferencia de este concurso
con otros que se realizan fue que los artistas pidieron y eligieron
el material que quisieron, siempre con maderas del parque. No hubo
limitación en cuanto a cantidad ni formato en el material. El
segundo concurso no fue tal. En principio se iba a invitar a cinco
artistas internacionales de primera línea, estábamos junto con
Enrique Speranza cuando leo un artículo sobre un mármol: mármol
negro de La Pampa. Ubicamos al dueño de la cantera y se hizo. Es un
material bellísimo. Riquezas que tiene la Argentina, que nadie
explota. Ahora, yo siempre multiplico porque en aritmética uno más
uno es dos, en la vida es lo que vos querés. Cuenta el interés, si
vos tenés ganas sale. Todas las cosas tienen que ver con el hombre,
dependen de su voluntad y de la fuerza que te da la naturaleza, por
cada extranjero que vino se invitó a dos artistas argentinos y
finalmente de diez que tendría que haber sido, terminaron siendo
veinte. Todos fueron invitados personalmente y accedieron en virtud
del conocimiento personal que de él tenían…siempre me ocupé de que
la labor del artista fuera bien encaminada. Realmente valorizada…”
¿Para quién crea? “Lo hago por necesidad. Uno trabaja…si después a
la gente le gusta, ¡fenómeno!, pero uno hace porque necesita hacer
las cosas, es una forma natural de manifestarse”.
Extracto de la entrevista realizada por Lilian Spehrs, revista
Barrio Parque Avellaneda, número 15, mayo de 2004.
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Domingo Onofrio
www.domingo-onofrio.com
Domingo Onofrio nació en Buenos Aires, el 19 de julio de 1925.
Comenzó a pintar en 1945 y a exponer en 1954. Fue también maestro de
escuela en Huacalera, Jujuy, fotógrafo, diseñador gráfico, docente
de dibujo y pintura.

Estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas “Manuel Belgrano”,
donde tuvo como maestros a Onofrio Pacenza y Lucio Fontana. Luego
fue alumno de Emilio Pettoruti y, en Tucumán, de Lino Eneas
Spilimbergo. Amigo de Juan Carlos Castagnino y Enrique Policastro,
colaboró con ellos en varios murales.
Recibió numerosos premios y menciones de honor por su obra y
trayectoria; fue jurado en varios salones particulares y oficiales y
fue artista exclusivo de la galería internacional Wildenstein entre
1977 y 1983, que fuera una de las más prestigiosas de Buenos Aires.
Es
Socio Honorario de la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos desde
1987.
Realizó más de 40 exposiciones individuales y participó en más de 90
exposiciones colectivas.
En
1997, una severa enfermedad interrumpe la continuidad de su
actividad pública, pese a lo cual continuó dibujando y pintando
hasta poco antes de su muerte, el 26 de agosto de 2007.
Sus Obras
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Ángel Del Campo |
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Alejandro Scartaccini
http://www.busarg.com.ar
Tiene una
gran actividad relacionada con el mundo del transporte. Mantiene una
interesante Web sobre este tema con mucha información y fotos.
Muestra muchas imágenes documentadas sobre la ciudad de Buenos Aires
a través del tiempo.
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Nik
Humorista Gráfico
Nik, menos conocido como Cristian Dzwonik, nació
en Buenos Aires en 1971. Es egresado del Colegio Nacional de
Buenos Aires y Diseñador Gráfico recibido en la UBA. Completó,
además, estudios de publicidad, computación gráfica y fotomontaje
digital. Dibuja desde la más temprana edad. A los 11 años ingresa en
la escuela de dibujo de Carlos Garaycochea y Eduardo Ferro, publica
sus primeros dibujos como profesional a los 17 años en la revista
Muy Interesante de García Ferré. Trabajó además en la editorial
Kapelusz, el diario El Cronista, y otros medios. A los 21 años
ingresa en el diario La Nación y desde entonces se desempeña como
humorista gráfico de actualidad en varias secciones. Desde 1992 el
chiste político del cuerpo del diario, la foto que habla o la página
dominical de la revista son considerados verdaderos editoriales de
la realidad argentina. Desde 1994 colabora con el semanario
Noticias. En 1996 Gaturro y su familia toman cuerpo en la tira
diaria de la última página. Desde ese mismo año todos sus dibujos,
pueden seguirse en La Nacion.com y posteriormente en Gaturro.com. En
el 2001 Gaturro llega al teatro Coliseo en la obra "El despertar de
la música".
Desde hace ya un par de años la tira de Gaturro
trasciende las fronteras de la Argentina y es publicada por varios
periódicos de Latinoamérica. La historieta de Gaturro también se
Publica en España, Francia, EE.UU. y ha sido traducida al ingles y
francés. En el año 2002 Nik recibe el premio Kónex de Platino que
distingue al mejor humorista gráfico argentino de los últimos 10
años.
Nik lleva publicados más de 40 libros, entre los
que se destacan:
El Crucero de Noé, Quién es Nik?, Nik segundo
mandato, Titanik, El humor de Nik en La Nación, La Nación que ríe,
Políticamente incorrecto, Anikilados, 15 años de Humor Político,
Pequeño Gaturro ilustrado, Gaturro 1, Gaturro 2, Gaturro 3, Gaturro
4, Gaturro 5, Gaturo 6, Gaturro 7, Gaturro 8, Gaturro 9, Gaturro 10,
Gaturro 11, Gaturro 12, Gaturro 13, Gaturro 1 y 2 (para España y
México), Así se hace Gaturro, Te amo, Brutish English, Feliz
cumpleaños, Sos mi Gaturrín, Te quiero Mamá, Gaturro a lo grande 1 y
2, Los juegos de Gaturro (3), la colección "mini-Gaturros", Gaturro
y el misterio de las cinco Ágathas, Gaturro y la mansión del terror,
Gaturro y la maldición de Tutangatón, y Gaturro y la invasión
extraterrestre.
Entre las distinciones más
importantes se encuentran:
-
Primer premio en la Bienal de Arte Joven (1991)
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Primer premio Ranan Lurie (Miami, 1994)
-
Primer premio ADEPA - Rubro caricaturas (1994)
-
Primer premio SIP (Sociedad Interamericana de
Prensa, 1995)
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Premio Santa Clara de Asís (1996)
-
Primer premio SIP (Sociedad Interamericana de
Prensa, 1997)
-
Primer premio SIP (Sociedad Interamericana de
Prensa, 1999)
-
Special Prize of Selection Committee en el
Yomiuri Shimbum
-
Cartoon Contest de Japón (2002)
-
Premio Konex de Platino - Mejor humorista
gráfico (2002)
-
Distinción especial del Colegio Nacional de
Buenos Aires
-
a la trayectoria profesional (2002)
-
Primer premio SIP (Sociedad Interamericana de
Prensa, 2006)
-
Premio Perfil (2007)
-
Premio Perfil (2008)

Nací en Parque Avellaneda, un típico barrio de
casas bajas ubicado entre Floresta y Mataderos, que circunda a un
enorme espacio verde que por entonces contaba con un vivero, canchas
para practicar diversos deportes y un trencito para recorrer el
paseo en toda su extensión. Es decir que era algo así como un centro
de diversiones. Muy cerca de allí funcionaba el Parque de la Ciudad,
una suerte de Italpark donde se iba a construir un zoológico nuevo
que durante muchísimos años estuvo absolutamente abandonado.
A una cuadra de mi casa, estaba la de mi abuelo
que tenía un jardín en el fondo. Él que ya estaba
jubilado, se dedicaba a construir macetas y enanos de
jardín para ocupar su tiempo y me había armado un gigantesco
pizarrón en el que me inicié en los rudimentos del dibujo.
Yo confeccionaba mis propios juguetes, por ejemplo
álbumes de figuritas que completaba con coloridas imágenes surgidas
de mi imaginación.
De esa época datan mis primeros personajes. Tal
vez debido a esa fascinación que los chicos sienten por el terror y
lo fantasmagórico, uno de ellos era un esqueleto al que bauticé
Esqueletuti. Era in osamenta cansada de residir en el cementerio que
procuraba salir al mundo exterior para conocer gente, pero que
terminaba traumatizada porque a su paso todos salían espantados.
Seguí dibujando por las mías hasta que, a los once
años, ingresé a la escuela de Garaycochea. Mis principales problemas
eran la timidez y la introversión. Nunca fui el líder o el dueño de
la pelota y, por lo tanto, la comunicación con los amigos la
establecía a través de los dibujos y los libros que les prestaba.
Viví con mis padres hasta los veintipico y después
me mudé a Palermo, pero vuelvo a menudo al barrio porque los viejos
siguen allí. A veces nos da la sensación de que nada ha cambiado, de
que todo esta como detenido en el tiempo. Pero son argucias de la
memoria, porque, en verdad, ha habido muchas transformaciones desde
entonces desde que la Autopista pasa por el costado del parque. Algo
similar sucede cuando evoco el patio del abuelo y lo comparo con la
realidad. Me parece que no es tan grande como el de mis recuerdos.
Nik |
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