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La tormenta del 4 de abril de 2012 |
ORIGEN DE LA VIRGEN DE PARQUE AVELLANEDA
Nuestra Sra. de los Remedios
En esta imagen de la Virgen reposa
buena parte de la historia de este sector de la ciudad. El casco de
la que fuera estancia de los Olivera, hoy Parque Avellaneda,
reconoce su presencia desde el origen mismo de la propiedad. La
"Chacra de los Remedios", tal como se la conoce aún hoy en día, fue
el hogar de esta imagen que, con el correr de los tiempos y luego de
la venta de los campos para transformar la chacra en espacio
público, se trasladó hasta su nueva y actual morada. La Capilla
Tutelar donde se la venera está situada en la calle
Francisco
Bilbao 4310, esquina Moreto.
La Hermandad de la Santa Caridad
de Nuestro Señor Jesucristo poseía en 1755 la capilla de San Miguel
(actualmente parroquial) y un oratorio a Nuestra Señora de los
Remedios, patrona menor de la ciudad. Luego la virgen fue colocada
en su altar mayor, siendo sacada (en las fechas festivas) en
procesión por las calles del barrio.

Con el fin de buscar fondos para
financiar la construcción de un hospital, uno de sus pilares, el
Padre González, alma de la comunidad, viaja a España por un tiempo
prolongado. A su regreso encuentra a su iglesia de San Miguel,
amenazada de derrumbe y de acuerdo con el Hermano Mayor de la
Hermandad, don Diego de Salas, resuelve levantar un nuevo templo.
Aquí encontramos mención a su Chacra de Los Remedios, relatándose el
hecho de que sus criados trabajaban allí en la fabricación de
ladrillos para la obra.
En 1801 murió el virtuoso padre
González Islas y en 1822 se disolvió la Hermandad.
Las tierras son arrendadas entonces
por el Sr. Miranda, sumándosele luego Domingo Olivera. Este último
aportó a la sociedad como primer capital un lote de 50 vacas que le
había ofrecido su amigo Mariano Fernández, para establecer un tambo.
Llegada la señora Dolores Piriz Feliú de Olivera (esposa de Domingo)
a la antigua Chacra de los Remedios, su primer cuidado fue tratar de
ordenar aquello que había quedado tanto tiempo abandonado.
Cuál no sería su sorpresa al
encontrar entre un hacinamiento de cosas inútiles una pequeña
imagen, igual en un todo a la Virgen de los Remedios venerada en San
Miguel, pero tan destrozada que había sido arrojada entre los
desperdicios. La recogió cuidadosamente y corrió a comunicar a su
marido el hallazgo, rogándole quisiera hacerla restaurar. Objetó
éste su situación difícil del momento y estando en su conversación,
llegó apresuradamente uno de los peones a comunicarle el extravió de
las cincuenta vacas que no se encontraban a pesar de haberlas
buscado minuciosamente antes de dar aviso. En la época no se
conocían los alambrados por lo que no era de extrañar que los
animales pudieran alejarse.
“Si la Virgen de los Remedios, a
quien ruego te las encuentre, nos las devuelve ¿la harás componer?”
pregunta la señora. “Con toda seguridad”, le responde su marido.
Apenas han pasado unas horas cuando llegan las vacas de vuelta al
redil, después de haberlas encontrado a bastante distancia, solas en
grupo, más allá de Morón.
Cumpliendo con su promesa, coloca a
la Virgencita con el niño en la habitación de entrada, en el antiguo
“recibimiento”, lo que sería hoy nuestro “hall” o “living room”,
sobre una repisa colocada a regular altura, circundada por una verja
La Virgen lucía una corona de plata
sobre la cabeza inclinada y un ramo de hierbas aromáticas. Poseía un
manto y vestido blanco y plateado. Desde esa ubicación vio crecer a
toda una generación, siendo visitada por gentes de diversos lugares,
quienes eran atraídos por la fama de los milagros que hacía,
especialmente en los males de la vista.
Al morir Domingo
Olivera, la casa con su imagen venerada, pasa a manos de su tercer
hijo, Nicanor. Al levantar otro piso sobre la antigua casona, la
esposa de éste, María Antonia Ramos Mejía y Madero, dispone una mesa altar en una
habitación de la nueva torre cuyas tres ventanas daban al poniente,
colocando a la Virgen de los Remedios junto a otra antigua imagen de
Nuestra Señora del Rosario que había pertenecido a su madre misia
Francisca Madero de Ramos Mejía.
Cuantas veces al atardecer caían de
soslayo los últimos reflejos de sol que se abrían paso entre la
espesa arboleda y llenaban de luz y de sombra al “Cuarto de la
Virgen” como se le llamaba y donde estaban congregados los niños que
esperaban que comenzara el rosario. ¡Con qué misterio brillaba la
cruz de plata que remataba la antigua corona, semejantes a las que
se ven en las imágenes coloniales de Perú y Bolivia! ¡Con qué serena
mirada penetrante llegaba la Virgencita hasta lo más hondo de las
almas infantiles que iban siempre allí para deponer a sus plantas
todas sus cuitas! ¡Todos los visitantes de la casa, que eran muchos
y muy especialmente los que le pertenecían, las familias de aquellos
que se habían formado bajo su mirada, nunca dejaban de saludarla.
Después de cumplido el siglo de
nuestra independencia, el entonces intendente Dr. Joaquín S. de
Anchorena, quiso hacer de nuestra capital una ciudad europea,
dotándola de bosques que la embellecieran y la higienizaran, dando
al mismo tiempo esparcimiento a los pobladores de los barrios
apartados. Adquirió pues el parque de “los Remedios” hoy Parque
Avellaneda y la Virgen salió de allí con sus dueños.
Una de las descendientes pensó que
la Virgen de los Remedios pertenecía de hecho a ese lugar que ya le
estaba consagrado y en memoria de sus abuelos, cedió una manzana
para ella, a los padres Salesianos, esos santos y esforzados
pioneros de Cristo en las pampas solitarias y en los Andes, cuyo
granito se levanta como pedestal para la estatua que la República
pide para el Beato Don Bosco, que dirigió esos ardientes misioneros
y eximios educadores de la juventud, para que allí impusieran su
culto y levantasen un colegio.
Resistiéndose a empezar nuevas
obras sin tener como sostenerlas, se formó una comisión de familia
bajo la Presidencia Honoraria de la única sobreviviente entonces de
aquella generación, la Sra. Mercedes Benguria de Olivera, quien
murió antes de terminar la modesta capilla que contribuyeron a
levantar los que en la familia estaban en condiciones y con la
generosa ayuda de otras personas.
Cuando esta se hubo terminado,
entregó la Virgen, la Sra. Dolores Martínez de Olivera, viuda de
Domingo Olivera, que fue el último dueño de “Los Remedios” y a
quienes había acompañado en sus varios lugares de residencia en la
ciudad y en el campo.
Fue la Madre de “Los Remedios” que
invocaron las pobres huérfanas de San Miguel; y antes que ellas el
santo Padre González en sus afanes de caridad; quien hizo luego la
felicidad de una familia y por fin, supo exponerse al culto público
para que su mirada serena calme las tormentas en el corazón de los
que la rodean y la invocan.
¡Virgen de los Remedios y Señora
Nuestra! Tú eres la imagen de la paz, de la paz del alma y de la paz
en la tierra. Ciñes corona y vistes manto real, para recordarnos que
la vida es imposible, sin Obediencia, sin Orden, sin Autoridad. Nos
ofreces a tu Hijo –Niño y Excelso – para que derrame sobre nosotros
el amor. El amor de Dios que hace que lo soportemos todo, y el amor
a los hombres por quienes El dio su sangre y su vida.
¡Virgen de los Remedios! los
próceres de Mayo te siguieron por las calles en su infancia. Bajo Tu
advocación curaron las heridas de quienes nos dieron patria. ¡Cura
Tú hoy, las del alma de quienes nos la quieren quitar! Vuelve a los
labios de los niños tu dulce Nombre; y allí donde un día fuiste
Reina, sé Misionera y sé Redentora, derramando el aroma de tus
hierbas medicinales, que harán el milagro de crear la nueva
generación, compuesta de mil facetas, fuerte contra tus enemigos y
los de la Patria.
Elvira Olivera de Fragueiro
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Una antigua vecina del barrio, la Sra. Martha
Ferrari, me contó que en su niñez, ella jugaba y paseaba por este y
que es hallaba totalmente cercado por rejas y alambradas. Esto mismo
me confirma el Dr. Arias, agregando que se habilitaba el acceso a
las 8:00 de la mañana y se cerraba a partir de las 18:00 horas
quedando bajo la custodia de la Policía Federal que mandaba a
patrullar con un piquete de policía montados. Estas medidas se
imponen en la actualidad ante la presencia de delincuentes y sobre
todo del momento en que el Gobierno maravilloso que tenemos piensa
liberar la tenencia de drogas. Tal vez más tarde venderán la droga
en los kioscos y otros negocios.

Antiguos portones y pérgola del acceso
principal que poseía el Parque Nicolás Avellaneda, intersección de
Lacarra y Directorio. (Fotografía cedida por la Sra. Teresa Dagnino
de García).
Tomado de: Emilio Juan VAT’TUONE “El barrio de La Floresta”
Reminiscencias de su pasado
Buenos Aires, Municipalidad de 1a Ciudad, 1977
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¿Hubo un cementerio en el Parque
Avellaneda?
Daniel Schavelzon (arquitecto y
experto en arqueología urbana) en un artículo publicado en enero del
2001 en la revista "Todo es Historia", habla de los "tesoros del
pasado" que podemos llegar a encontrar en la medida que excavemos el
suelo que hoy pisamos.
Así hace referencia a los restos de la
antigua Recova que seguramente se encuentran bajo los terrenos de la
actual Plaza de Mayo, o a los vestigios del caserón de Rosas que se
hallan ocultos bajo el césped de Palermo, o el cementerio de
afro-porteños del siglo XVIII escondido bajo el piso de adoquines de
la plaza Roberto Arlt...
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Con referencia al Parque Avellaneda
dice: "El Parque Avellaneda es la única estancia cuyo casco completo
ha quedado dentro de la ciudad. ¿Podríamos intentar interpretar los
cambios de uso que se le dió al terreno a lo largo del tiempo, o los
cambios en el clima, o las alteraciones del paisaje, estudiando el
suelo y lo que en su interior se esconde?. Si, podríamos hacerlo y
algún día se hará...
Refiriéndose a un hallazgo
realizado en terrenos del parque Schavelzon nos explica:
Estos son los restos de una lápida
encontrada tras una excavación realizada en el Parque Avellaneda. A
mediados del siglo XIX los cementerios municipales fueron
desmantelados y los fragmentos de las lápidas descartadas eran rotos
y quemados para luego usarlos como relleno en las zonas bajas (foto
colección del Sr. Schavelzon). |
Cabria ahora
preguntarnos, ¿que hacía esa lápida allí?. ¿Eran apenas fragmentos
de mármol traídos de otro sitio con el único objetivo de rellenar el
terreno? (en tal caso sería de esperar que se hubiesen encontrado
muchos más restos), ¿o tal vez en el territorio de la antigua Chacra
de los Remedios se dio sepultura a algún miembro o sirviente de la
familia que habitaba el lugar?. Por ahora la respuesta no aparece
nítida ante nuestros ojos...
La Ciudad de Buenos Aires cambia día a
día. Muchas de sus modificaciones, de sus obras, como la
construcción de nuevos y grandes edificios, implican la excavación
de grandes masas de terreno. Seguramente, en tales casos, vestigios
de nuestro pasado remoto se deshacen sin que siquiera nos enteremos.
La cuestión no es detener el progreso. El paradigma de la modernidad
debería incluir también a la preservación de aquellas cosas que nos
dicen quienes fuimos, que nos hablan de nuestro pasado, que nos
traen la palabra y los actos de la vida diaria de nuestros antiguos
vecinos. En definitiva, deberíamos poner tanto énfasis en la
construcción de nuestro futuro como en la reconstrucción de nuestro
pasado, de nuestra historia, de nuestra compleja y rica identidad
ciudadana.
Carlos Davis
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El Túnel de Parque Avellaneda
Varios son los relatos que coinciden en señalar su existencia. Está
el testimonio de los antiguos habitantes que recuerdan haber
recorrido, cuando chicos, los primeros metros del viejo túnel
accediendo a través de una entrada disimulada que existía en el
casco principal de la estancia; y está también el testimonio de
aquellos que presenciaron las obras realizadas en las proximidades
de la añosa Villa Ambato (hoy ocupada por la escuela Técnica Nº 8) y
que coinciden en señalar la existencia de un túnel que fue
eficazmente tapiado para evitar inconvenientes mayores
El
sector que hoy ocupa el parque fue primitivamente propiedad de la
Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo quienes
arribaron al solar en el siglo XVIII. Para el año 1755 habían
erigido un oratorio consagrado a la Virgen de los Remedios y un
asilo de huérfanas. Con posterioridad la propiedad fue adquirida por
la familia Olivera quien construyó el casco principal de la chacra y
una residencia más pequeña conocida como Villa Ambato ubicada a unos
550 m de la anterior. Se supone que con la función de interconectar
defensivamente ambas edificaciones se socavó un túnel que aún espera
ser redescubierto y estudiado para satisfacción de historiadores,
arqueólogos urbanos y orgullo de vecinos.

Casco de la antigua
"Chacra de los Remedios"
Varios son los relatos que coinciden en señalar su existencia. Está
el testimonio de los antiguos habitantes que recuerdan haber
recorrido, cuando chicos, los primeros metros del viejo túnel
accediendo a través de una entrada disimulada que existía en el
casco principal de la estancia; y está también el testimonio de
aquellos que presenciaron las obras realizadas en las proximidades
de la añosa Villa Ambato (hoy ocupada por la escuela Técnica Nº 8) y
que coinciden en señalar la existencia de un túnel que fue
eficazmente tapiado para evitar inconvenientes mayores.

Vista satelital
de la zona referenciada: arriba y a la izquierda, marcada con un
punto rojo se encuentra "Villa Ambato"; en la parte inferior de la
fotografía el punto rojo nos indica la ubicación de la "Chacra de
los Remedios". En naranja aparece una de las trazas posibles del
túnel de los Olivera.
INVESTIGAN LA EXISTENCIA
DEL TÚNEL DEL PARQUE AVELLANEDA
En busca del túnel
perdido
01/09/2006 -
Por primera vez en más de un siglo de presencia enigmática y
misteriosa, en la mañana del miércoles 23 de agosto, el supuesto
túnel existente en el subsuelo del Parque Avellaneda comenzó a ser
investigado por un grupo de especialistas. El equipo de técnicos y
científicos pertenece a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
y a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos
Aires. El grupo, encabezado por la Dra. Ana Osella y el Dr. Luis
Lanata, se encuentra coordinado por el Lic. Marcelo Weissel
(Arqueólogo, Especialista en Arqueología Urbana) quien logró
reunirlos con el fin de rastrear al túnel que uniría la Chacra de
los Remedios con Villa Ambato, y que dataría del siglo XIX.
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Sin necesidad
de realizar encuesta alguna me arriesgaría a decir que todos los
vecinos adultos de la zona escucharon hablar alguna vez del
túnel del Parque Avellaneda.
De la misma manera, una ínfima minoría podría aportar algún dato
concreto. En general, todos preceden sus relatos con el clásico
deslinde del "dicen que..." |
Con el correr de los años el folclore barrial fue otorgándole al
túnel distintos usos y recorridos, que en líneas generales siguen
los mismos principios lógicos que le fueron aplicados al resto de
los túneles de Buenos Aires.
En este caso, sin embargo, los usos no pudieron ser demasiados. Al
no estar cerca de la ribera de ningún río la función de canal de
contrabando de mercaderías o esclavos es completamente ilógica.
Tampoco existían templos en la zona como para otorgarle el mérito de
servir de canal comunicacional, o de pasaje secreto, para las
actividades (sanctas o no tanto) de los clérigos de entonces.
La única lógica explicación que
justificaría su construcción a mediados del siglo XIX, es la de
servir de paso secreto entre dos construcciones que eran
de las pocas existentes en un lugar de chacras alejadas de los
límites de la ciudad. |
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El túnel, de existir, debería
unir la Chacra de los Remedios (actual Centro Cultural) con Villa
Ambato (ET Nº 8 "Paula Albarracín de Sarmiento").

Vista satelital de la
zona referenciada: arriba y a la izquierda, marcada con un punto
rojo se encuentra "Villa Ambato"; en la parte inferior de la
fotografía el punto rojo nos indica la ubicación de la "Chacra de
los Remedios". En naranja aparece una de las trazas posibles del
túnel de los Olivera.
Desde hace años el Lic. Marcelo Weissel, Arqueólogo, especialista en
Arqueología Urbana, investigador de la Comisión para la Preservación
del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires,
tenía al túnel de Parque Avellaneda en su agenda de lugares de
interés.
En sus visitas al parque recogió el testimonio de algunos vecinos
mayores que decían haber visto, y hasta recorrido, parte del túnel
en su muy lejana niñez.
Con tales datos la investigación
parecía justificarse. Apenas faltaba conseguir entonces los
recursos humanos y técnicos para detectar la presencia esquiva
del ya casi mítico túnel.
Existían dos métodos posibles: el
directo, consistente en ir a la pesquisa del túnel excavando el
terreno; y el indirecto, que infiere la presencia de la oquedad
a través del estudio de ciertos parámetros del suelo (tales como
su conductibilidad eléctrica o su permeabilidad magnética)
manteniendo intacto el paisaje. El Lic. Weissel se inclinó por
el último. |
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En su decisión quizá haya influido el hecho de que el método
geoprospectivo es más rápido (en un día de trabajo se puede obtener
suficiente información de un área extensa como para dar una idea
acabada de la conformación de su subsuelo), a la vez que presenta
menos inconvenientes para su concreción (al ser un método rápido y
no invasivo no modifica el paisaje ni altera el normal uso del
lugar).
El Lic. Weissel encaró la empresa logrando el apoyo y colaboración
de un grupo de prestigiosos técnicos y científicos de la Universidad
de Buenos Aires, muchos de los cuales habían participado de
proyectos similares de investigación en las Provincias de Catamarca
(restos enterrados de ruinas preincaicas) y Misiones (subsuelo de
San Ignacio).
Trabajando a contrareloj, lo único que faltaba era la autorización
para poder operar en los terrenos lindantes a la Chacra de los
Remedios. Finalmente se obtuvo el permiso correspondiente del nuevo
administrador del Parque Avellaneda, Dr. Alberto Olveira Rial.
En busca del túnel de Parque Avellaneda

En la mañana del miércoles 23 de agosto arribó a las inmediaciones
de la Chacra de los Remedios la Dra. Ana Osella (Directora del grupo
de Geofísica Aplicada y Ambiental -GAIA- que depende del
departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas y
Naturales de la Universidad de Buenos Aires) quien contó con la
colaboración del Dr. Matías de la Vega, Dr. Néstor Bonomo, Dra.
Patricia Martinelli, Lic. Victoria Bongiovani y el Lic. Luis Martino
(Investigadores y becarios del CONICET). También participó de los
trabajos el Dr. Luis Lanata (Arqueólogo, quien trabaja para la
Facultad de Filosofía y Letras de la UBA)
Para realizar la prospección geofísica del terreno se utilizaron dos
métodos, uno eléctrico y el otro electromagnético. Estos formas no
invasivas de investigación generan una especie de tomografía del
subsuelo que nos permite "ver" o inferir la presencia de objetos
enterrados o de túneles.
Método eléctrico
Sobre una línea recta de unos 80 metros de largo (tendida a pocos
metros de la reja perimetral de la Chacra de los Remedios, lado
Norte) se fueron ubicando, incados en el piso, una serie de
electrodos de unos 30 cm de largo separados por una distancia de 1,5
m

Estos electrodos estaban conectados a un equipo que permitía
realizar mediciones de la conductibilidad eléctrica del terreno.
Este parámetro es una condición o cualidad del subsuelo que se
estudia, por lo que es de esperar que no presente grandes cambios
cualesquiera sea el par de electrodos considerados. De presentarse
un cambio o perturbación podría deberse a la presencia de cuerpos
extraños bajo el suelo (o su ausencia en el caso de un hueco o
túnel).
Según las condiciones del piso (humedad, componentes, etc.) el
instrumental empleado puede llegar a detectar anormalidades del
subsuela hasta los 8 ó 9 metros de profundidad.

Las mediciones se tomaron durante varias horas. Los datos serían
bajados luego a una PC para poder interpretarlos, estudiarlos y
sacar posibles conclusiones en base a los objetivos que el grupo se
había trazado en su investigación.

Dra. Ana Osella (Directora del grupo de Geofísica Aplicada y
Ambiental -GAIA-) y el Lic. Marcelo Weissel (Arqueólogo Urbano,
Dirección de Preservación del Patrimonio GCABA)
Método electromagnético
La búsqueda era similar aunque el método empleado fuera otro. Se
trató de "peinar" o "barrer" un área previamente marcada y
delimitada con un aparato que genera un campo magnético definido.

El subsuelo del terreno "perturba" o "deforma" el campo magnético
generado por el instrumento. De existir un objeto enterrado de
distinta permeabilidad magnética (podría ser un sólido, un líquido o
un hueco) el aparato lo registra.
Luego de realizar un número considerable de mediciones, éstas fueron
"bajadas" o copiadas a una notebook (pequeña computadora portatil)
para su posterior lectura e interpretación.
Posicionamiento satelital
Para lograr el justo posicionamiento de cada uno de los puntos
estudiados se utilizó un sofisticado dispositivo de GPS (Sistema de
Posicionamiento Global) diferencial .

Dr. Luis Lanata (Facultad de Filosofía y Letras de la UBA) operando
el GPS
El aparato en cuestión permite ubicar o definir cualquier punto del
terreno con una precisión de 1 cm aprovechando su capacidad de
interacción satelital.
Palabras Finales
Las mediciones se dieron por concluidas luego de horas de intensa
labor. Los equipos se guardaron, los expertos se retiraron, y el sol
cayó tras los árboles como finalizando un capítulo dentro de nuestra
fantástica historia vecinal.
Seguramente el miércoles 23 de agosto del 2006 quedará marcado para
siempre como el día en que intentamos comunicarnos con una de las
historias más representativas y antiguas de nuestra identidad
barrial.
Sólo resta esperar que en poco tiempo más el informe con la
interpretación de los datos obtenidos llegue a nuestras manos,
brindando respuestas simples a los antiguos interrogantes, o
generando quizás nuevas preguntas que nos provoquen e interpelen en
busca de una argumentación clara, satisfactoria y pretenciosamente
definitiva...
Carlos Davis
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Totalmente remodelado,
reinauguraron el Antiguo Natatorio del Parque Avellaneda
Por Roberto H. González Táboas
EL jueves 23 de octubre de 2008, se
abrieron las grandes puertas de bronce del Antiguo Natatorio del
Parque Avellaneda, restaurado en su exterior y refuncionalizado en
su interior, para recibir a los 78 alumnos de la nueva escuela media
(dos 1º años y un 2º), sus docentes y sus padres y algunos vecinos.
Venían del Saavedra, donde se habían iniciado las actividades de la
escuela el 7 de marzo del año pasado, para instalarse en el nuevo
edificio que tiene belleza y luminosidad.
Después de 3 años de trabajos
edilicios y de 8 años de planificación y gestión llevadas a cabo por
el Grupo Promotor de la Mesa de Trabajo y Consenso del Parque
Avellaneda dinamizado por el vecino Fabio Oliva y el Director de la
Escuela Marcelo Miyasato que, con inteligencia y persistentemente,
articularon y acompañaron el trabajo de funcionarios, personal del
parque y vecinos de los grupos de trabajo de educación, cultura y
medioambiente sosteniendo fielmente los objetivos y criterios del
Plan de Manejo y de la ley 1153.
El Antiguo Natatorio seguirá
funcionando, como había sido consensuado en el Plenario
Extraordinario de la MTC de Octubre de 1998, como Centro de
Producción Cultural con cursos, talleres y actividades culturales y
medioambientales en horario vespertino y por la mañana y hasta las
primeras horas de la tarde como Escuela de Educación Media Nº 2 D.
E.13 (aun no tiene nombre propio que será consensuado
participativamente y sancionado por la legislatura oportunamente).
La escuela, de jornada completa (teoría por la mañana y prácticas
por la tarde) es un Bachillerato en Medioambiente y Espacios Verdes
y prevé una cursada de 5 años.
El Antiguo Natatorio había sido
abierto y recuperado para la comunidad por primera vez, en 1996
después de 30 años de usos inapropiados a puertas cerradas, por la
iniciativa y la acción vecinal motorizada por el Centro de Estudios
Sociales y Actividades Vecinales (CESAV) Barrio Parque Avellaneda.
En esa ocasión, un 21 de diciembre, se
selló el acuerdo de poner en marcha la gestión asociada de Vecinos y
Gobierno para la ejecución del Plan de Manejo elaborado en 1994 y la
instalación de la Mesa de Trabajo y Consenso. El Vicejefe de
Gobierno, Enrique Olivera acompañado en la ocasión por varios
Secretarios del ejecutivo, comprometió al Gobierno en una acción
signada por tres palabras que aun suenan aun como un desafío
exigente: participación, previsibilidad y transparencia.
La de hoy ha sido una nueva jornada
histórica, emocionante y feliz.
Hubo solo un acto sencillo presidido
por el Director. Pero ya vendrá en el momento oportuno La Fiesta de
la inauguración oficial que iremos preparando entre todos (quizá
para el día del Barrio o para el cumpleaños del Parque, ambos en
marzo).

En la Geografía del Parque Avellaneda
funcionaron varias escuelas. Para mencionar a dos que ya no están
allí pero que siguen existiendo mencionaremos al Casal Calviño y al
Politécnico Manuel Belgrano. La nueva escuela sería entonces la
tercera de nivel medio que desarrolló su vida (o parte de ella) en
un entorno como el de nuestro parque, verde, tranquilo, relajado.
El edificio en el cual se funcionará
la ESCUELA DE MANTENIMIENTO Y CONSTRUCCIÓN DE ESPACIOS VERDES, fue
construido en el año 1925 para natatorio público. Se trata de una
obra importante ya que alrededor de la pileta de natación
descubierta, cerrándola por todos sus lados, hay salones, vestuarios
y sanitarios, construidos armoniosamente y con distintas alturas,
que le dan al edificio un aspecto casi clásico en su diseño con un
eje de simetría marcando el acceso principal.
En la planta baja se desarrollaron
aulas comunes, dos de ellas integrables para un mayor espacio en
actividades culturales. Las salas de mayor envergadura para
biblioteca (con uso alternativo de video) y aula de computación. En
esta planta con inmediato acceso desde la entrada principal, estará
la dirección, secretaría y sala de profesores.
El espacio central que ocupa la pileta
se cubrirá con un techo vidriado, liviano con estructura metálica,
carpintería especial de aluminio que permita la apertura por paños
corredizos, vidriado y ventilado en todo su perímetro. Se mantendrá
el desnivel originario de arranque del fondo de la pileta
nivelándolo para alojar el salón de usos múltiples y se mantendrán
los elementos neoclásicos ornamentales, restaurándolos.
Actualmente hay un semisótano el cual
se logrará recuperar profundizándolo (90 cm) para el aprovechamiento
de la totalidad de la planta para el uso propuesto. En este subsuelo
habrá más aulas comunes, en total serán diez, laboratorio, gabinete
y aula de recuperación, sala de preceptores, cantina, depósito y
maestranza. La circulación interior en el subsuelo se expandirá al
reemplazar el muro divisor con las aulas de ese nivel por un
tabique, y dando lugar a espacios para usos de exposiciones,
herbarios y otros.
La nueva escuela funcionará por la
mañana, tendrá tres años de ciclo básico y dos de especialización.
Será ésta una escuela innovadora que promoverá la preservación del
Medio Ambiente, la responsabilidad social y la Ciudadanía, y en la
cual los alumnos podrán aprender a cuidar, valorar, diseñar y
gestionar los espacios verdes.
Respecto a la inauguración del Antiguo Natatorio, refieren que
participó como invitado especial, el navegante solitario
Vito Dumas con el detalle que al
arrojarse a la pileta, calculó mal la profundidad de la mis,
llevándose un "histórico porrazo".
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Barrio del último farol,
Parque Avellaneda.
Aquel
farolito de Escalada y Avenida del Trabajo ya no está. Pocos conocen
la historia del último farol de Buenos Aires.
“En este barrio
no hay inseguridad”, asegura un señor con pocos dientes, Pichi.
Hace 60 años que
vive en el barrio del último farol, Parque Avellaneda. Recuerda que
en Navidad solían robarse gallinas; y a veces, alguna prenda
interesante que colgara de las cuerdas de tender. Pichi fue testigo
de grandes cambios en el barrio:
“En los ´30 toda
la zona era baldío, había cuatro cuadras pobladas y luego todo era
campo”. Ahora la zona tiene bancos y varias casas de computación. Es
que ya en 1856, las familias más pudientes se concentraron en la
zona del microcentro, y tuvieron el lujo de la iluminación a gas.
En 1887, la
primera usina iluminó la calle Florida. Y recién en 1905 hubo tres
faroles de alcohol carburado por cuadra. Sin embargo, Nueva York
estaba iluminada con la lámpara de Edison desde 1882.
Antes, los serenos
se encargaban de encender los faroles. Las velas iluminaban durante
toda la noche, consumiéndose muy de a poco; cuando apuntaba el día,
se apagaban solas, sin ayuda. Algunos cuentan que de aquí nació el
dicho popular hasta que las velas no ardan, como un sinónimo de
mucho tiempo.
Mientras los
serenos encendían las velas anunciaban el horario y el estado del
tiempo. El problema era que la batahola de sus voces molestaba a los
vecinos: “Los serenos, al dar la hora a viva voz, despiertan a los
que ya estamos dormidos”, decían.
Fue Manuel Moreno
–hermano de Mariano- quién intentó iluminar la ciudad con faroles a
gas. Pero no funcionó: el costo era demasiado alto. No obstante, los
notables de la ciudad quedaron encantados ante la sola intención:
“Ahora sí que Buenos Aires será una ciudad moderna”.
Donde se cruzan
las calles
Escalada y Eva Perón (Avenida del Trabajo) hay una plazoleta con
un reloj. En ese lugar supo estar aquel farol, que según dijo el
señor Pichi, está descansando en el Museo de Mataderos. Con aires de
nostalgia, el señor Pichi sentencia: “el progreso del barrio
llegó”.
PABLO SORONDO
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En la Exposición
Rural del Año 1993, la insistencia de los vecinos, empeñados en
restaurar el Barrio, obtuvo buenos frutos pues se logró exponer
ideas y muestras de la actividad del Parque.
Ampliar.
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Grupos de vecinos organizaron un
desfile de trajes históricos muy interesante que abarcó desde la
época de la Segunda Fundación por Don Juan de Garay hasta el año
1910. Ampliar.
Las réplicas con fines didácticos de estos trajes fueron prestados por el
Museo Nacional de la Historia del Traje,
ubicado en la calle Chile 832 de la Ciudad de Buenos Aires. Además
este Museo se dignó a enviar dos asesores que organizaron con gran
paciencia y esmero todo lo necesario para el buen logro de este
desfile tan peculiar. |
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